Personajes: Narrador, Mamá, Víctor y Juanita
Narrador: Una vez más ha llegado el día de la madre. Y como todos los años este es el pensamiento de Víctor.
Víctor: Uff, mañana es el Día de la Madre, qué tormento! No sé qué voy a comprarle a mi Mamá, el trabajo es duro y la ganancia es poca, cuando miro la televisión… cada cosa que veo! Pero hepyeterí ningo. Cada cosa más cara que la otra. Ya no se puede ser un buen hijo en estos días.
Narrador: Víctor y Juanita, Vivian con su mamá en la Chacharita. Los niños cada día, después de ir a la escuela, salían por las calles de Asunción a recoger las botellas, cartones y aluminio que podían encontrar por ahí. La vida no era fácil, pues mamá también se esforzaba en lo suyo, el papá ya no estaba en la casa hace mucho tiempo.
Juanita: (Entra muy contenta y le da un abrazo a su hermano que está en la cocina) Víctor, que felicidad, mañana es el Día de la Madre, estoy contando las horas para que llegue mañana!
Víctor: y por qué te alegra tanto este día?, si nunca hay suficiente dinero para comprarle algo que valga la pena a mamá. Ella se sacrifica tanto y cualquier cosa es poco para decirle cuanto la queremos.
Juanita: Víctor, no te angusties, ya sabes que mamá espera otras cosas de nosotros… que seamos felices, que sigamos a Dios fielmente, que seamos obedientes, y sobre todo que este día especial le demostremos con nuestras acciones lo mucho que la queremos….
Víctor: vaaaa, lo que dices es sólo para consolarme verdad? A caso piensas que está mal regalarle un obsequio a mama?
Juanita: no digo eso, sólo pienso que no es lo más importante, ni lo que le hace más feliz a mamá. Bueno, vas a acompañarme a la Hora Feliz esta tarde?
Víctor: Se pierde mucho tiempo, mejor voy a trabajar… si quiero que mamá este contenta mañana debo juntar muchas botellas hoy… ora para que tenga suerte… nos vemos!
Narrador: Juanita se quedó muy triste, ella y su mamá siempre oraban que Víctor entregara su vida a Jesús… él era siempre tan esforzado en su trabajo, pero todo lo que significara Dios, era pérdida de tiempo y dinero para él. Esa tarde mientras Juanita estaba en la iglesia del barrio, Víctor recorrió incansablemente todas las calles del centro.
Víctor: Que pasa con esta gente! Ya nadie toma gaseosa en estos días, es todo tan caro! Ya me duelen todo mis pies… como puedo creer en Dios si él no me ayuda a ser un buen hijo y regalarle a mamá esa lavarropas que tanto necesita.
Narrador: Toda esa tarde estuvo de aquí para allá y al final del día apenas juntó para un pequeño obsequio.
Víctor: Cada año es lo mismo, sólo puedo comprarle a mamá de esos feos regalos que venden en la vereda…
Narrador: Cuando llegó a la casa… mamá ya había preparado la cena y sólo le estaban esperando a él para comer.
Mamá: Hijo, estaba preocupada por ti, hace rato que debías haber llegado, temía que algo malo te hubiera pasado.
Víctor: Que malo me va a pasar mamá! Ya sabes hay que trabajar mucho los fines de semana… mira te compre un pollo…
Narrador: Víctor le entregó la bolsa del supermercado y se fue a su pieza, para guardar el pequeño obsequio que traía para su mamá. Se sentía triste, y molesto por toda esa pobreza en la que vivía. Mamá desde la cocina, le llamó para cenar.
Mamá: hijito, hice el guiso que tanto te gusta, no te angusties tanto por el trabajo, Dios es bueno con nosotros y nunca nos falta para comer.
Víctor: mmmmm, siempre quieres hacerme pensar que creer en Dios es lo mejor, verdad?
Narrador: Víctor se sentó en la mesa y comió amargamente su guiso… Mamá y Juanita, también se sentaron y tenían mucha tristeza por Víctor, cuanto anhelaban que él pudiera estar agradecido de las bondades de Dios, que él pudiera dejar en Jesús todas sus cargas.
Esa noche Víctor casi no pudo dormir… no quería darle otra vez el mismo regalo de siempre a su mami…
Víctor: Que rabia… ya no se puede ser un buen hijo en estos días…
Narrador: Mamá y Juanita se levantaron temprano y se fueron a la iglesia esa mañana. Y aunque Juanita le habló a Víctor para que les acompañara… él se hizo el dormido hasta que se fueron.
Víctor: Bueno, ahora que se fueron… voy a prepararle a mamá un rico almuerzo… algo se podrá hacer con este pollo que compré en el súper.
Narrador: Buscó por todas partes el recetario de la mamá, pero no pudo encontrarlo.
Víctor: Ay que rabia! Todo me sale mal! Como será que se cocina esta cosa… si lo pongo al fuego con algunas verduras algo va a salir. Dios ayúdame, quiero que mamá coma un rico almuerzo hoy! ¿Dios ayúdame? que estoy diciendo! Tonterías!
Narrador: limpió el pollo y peló cebolla, zanahoria y unas papas y los puso en la olla, mientras tanto se fue y se tendió en el sillón, pues estaba muy cansado… de pronto se quedó dormido.
Juanita: Que lindo estuvo el culto mamá, te gustaron los títeres? Y las canciones?
Mamá: si mi amor, estuviste genial, ya sabes que lo que más me hace feliz es que sirvas al Señor en todas estas cosas.
Juanita: uff que mal olor, parece que a alguien se le está quemando su comida…
Narrador: Cuando entraron a la casa, había una humareda terrible, el pollo parecía un carbón en la olla.
Mamá: Uy… que pasó!
Juanita: y Víctor donde está!
Narrador: con tanto alboroto Víctor despertó y no pudo más que llorar cuando vio su comida arruinada.
Víctor: Ohhh no! Como pude dormirme…! quería darte una sorpresa mamá... que comieras un rico pollo este día! Y lo peor es que arruiné también la olla…
Narrador: Víctor comenzó a llorar….
Víctor: lo siento mamá… quise que hoy fuera un día feliz para ti y todo me salió mal… tengo vergüenza de darte el mismo cuadro que te regalé el año pasado…
Mamá: Hijo, no te preocupes, ha sido un hermoso día para mi, tenerlos a ustedes es el mejor regalo que Dios me ha dado, Juanita cantó hermoso en la iglesia y es la mejor titiritera que conozco! Y tú eres tan trabajador y esforzado, y siempre quieres darme lo mejor. Dios me ha concedido ser una madre privilegiada.
Víctor: eso lo dices para que me sienta mejor.
Mamá: No Víctor… una madre siempre desea ver en sus hijos amor, dedicación, y tú te has esforzado tanto por mí este día que estoy tan contenta! Todas esas cualidades son hermosas en un hijo, y aún más si deciden poner su confianza en Dios…
Víctor: Sabes mamá, en un momento dije “Dios ayúdame, quiero que mamá coma un rico almuerzo hoy” y ya ves lo que pasó… el pollo es un carbón…. como puedo creer en un Dios que no está interesado en mi… él ni me escucha!
Juanita: mmmm parece que te escuchó demasiado bien! Huele esto!
Narrador: Víctor no lo podía creer, esa caja olía a pollo asado! Y el olor era verdaderamente delicioso!
Víctor: Mmmmmm que sabroso! Y este pollo? Con qué dinero compraron? huele espectacular!
Juanita: Don Miguel nos regaló, y no es sólo pollo, tiene mandioca, y ensalada de arroz.
Mamá: y de postre? Un rico helado!
Narrador: Víctor abrazó a su mamá y comenzó a llorar
Víctor: verdaderamente Dios me oyó, mamá! Después de todo si le intereso!
Mamá: Víctor por qué no le das una oportunidad a tu vida? Dios te ofrece no sólo escucharte, él te ofrece una vida eterna en el cielo y abundante en la tierra… abundante…no de cosas materiales, sino de cosas que realmente llenen tu corazón.
Juanita: a algunos si les da abundancia, pero no es sólo para ellos mismos… don Miguel regaló varios pollos hoy… esas son cosas que realmente llenan el corazón!
Víctor: tienes razón mamá… yo quiero entregar mi vida a Jesús!
Narrador: Víctor y su madre oraron a Dios y él le entregó su vida.
Víctor: mamá, juanita… a pesar de que todo me salió mal para el Día de la Madre, me siento tan bien ahora.
Mamá: viste Víctor… eso es porque Dios ya está llenando tu corazón…
Víctor: si…! bueno vamos a comer porque tengo mucha hambre!
Narrador: Ese Día de la Madre fue muy especial para todos, Víctor ahora creía en Dios y ese era el mejor regalo que podían tener Mamá y Juanita. Y sin olvidar el pollo! Ese era el mejor regalo de Dios para la familia. Cómo vas a celebrar hoy? No tienes para comprar tus regalos a mamá… regálale amor, obediencia y buenas acciones… tienes mucho para regalos…? comparte lo que Dios te ha dado.
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