EN EL CAMINO


Personajes: Cleofas, Felipe, Jesús, Narrador

Narrador: Era la mañana de un domingo muy especial, pero Cleofas estaba muy triste…
Cleofas: Debo apurarme pronto llegará Felipe y saldremos a la aldea.
Narrador: Cleofas estaba muy pensativo, no podía creer que Jesús estaba muerto, todas las esperanzas de Israel estaban en El. Era todo tan confuso, su muerte… y lo que decían las mujeres que habían estado en el sepulcro esa mañana.
Cleofas: ¿Será verdad?
Narrador: En eso alguien golpea la puerta. Toc, toc…
Cleofas: hola amigo, ¿listo para el viaje?
Felipe: ¡si saldremos en seguida!, ¿oíste lo que han dicho las mujeres? Vieron ángeles… y dicen que Jesús está vivo!
Cleofas: si… también vinieron a contarnos
Felipe: ¿será eso posible? ¿Por qué todo ha sucedido así?
Narrador: los dos amigos salieron de Jerusalén… e iban por el camino hablando sobre estas cosas.
Cleofas: No puede ser, nosotros le vimos morir… como Jesús podría estar vivo otra vez?
Felipe: No lo sé, pero El dijo que sería así…
Narrador: Cuando ellos estaban hablando se les acercó un hombre….
Jesús: ¿Qué son estas cosas que están conversando mientras caminan?
Cleofas: ¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabes las cosas que han sucedido en estos días? ¿Acaso eres un extranjero?
Jesús: ¿Qué cosas?
Felipe: De Jesús de Nazaret, que era un hombre profeta, poderoso en obras y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y de cómo le entregaron los principales sacerdotes y los ancianos para ser condenado a muerte, y de cómo le crucificaron.
Cleofas: Nosotros esperábamos que él fuera el que habría de salvar a Israel.
Felipe: ¿Cómo no sabes estas cosas?, hoy es el tercer día desde que esto aconteció.
Cleofas: Además, unas mujeres nos han asombrado: Fueron muy temprano al sepulcro…
Felipe: y al no hallar su cuerpo, regresaron diciendo que habían visto ángeles que decían que Jesús está vivo!
Cleofas: Algunos discípulos fueron al sepulcro y estaba vacío, pero no vieron a Jesús.
Jesús: ¡Pero como no pueden creer todo lo que los profetas han dicho de mi!
Narrador: Los dos amigos, se asombraron de sus palabras…
Jesús: ¿No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y que entrara en su gloria?
Narrador: ¿Quién sería este hombre, por qué diría esas palabras? Comenzó a hablarles en seguida, desde Moisés y todos los Profetas, y les interpretaba en todas las Escrituras lo que decían de Jesús.
Jesús: Isaías escribió en su libro… mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca
Felipe: Es verdad, cuéntanos más!
Jesús: Después de tanta angustia verá la luz… el Señor liberará a muchos, pues cargará los pecados de todos los hombres.
Cleofas: a dónde vas… Quédate con nosotros, porque es tarde, y pronto será de noche.
Felipe: Si, ven con nosotros, en casa podremos seguir conversando estas cosas…
Jesús: si gracias… me quedaré
Narrador: Todo lo que decía este hombre era maravilloso… sus enseñanzas eran tan parecidas a las de Jesús,  él conocía muy bien las Escrituras… Era necesario que Jesús muriera en la cruz, sólo así él podría perdonar los pecados de toda la humanidad… y así estar siempre en la presencia de Dios. Felipe y Cleofas, llegaron a la casa y se sentaron en la mesa.
Cleofas: aaahhh estoy muy cansado, ha sido un día muy agotador…
Felipe: nos hará bien comer algo.
Narrador: En ese momento, ese hombre misterioso tomó el pan que había en la mesa y lo bendijo…
Jesús: Gracias Padre mío, por este pan…
Narrador: En ese momento fueron abiertos los ojos de ellos, y le reconocieron… ¡si! era Jesús quien estaba hablando con ellos!!…  Pero en seguida él desapareció de su vista.
Felipe: Jesús!! (le dice a Cleofas) Era Jesús, el que venía hablando con nosotros en el camino!
Cleofas: ¿Acaso no ardía nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y cuándo nos abría las Escrituras?
Felipe: ¡Es verdad lo que dijeron las mujeres!
Cleofas: Volvamos pronto a Jerusalén… debemos avisar a los demás.

Narrador: En la misma hora se levantaron y volvieron a Jerusalén. Hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos, quienes decían: ¡Verdaderamente el Señor ha resucitado y ha aparecido a Simón! Entonces ellos contaron las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo se había dado a conocer a ellos al partir el pan.
Si niños, Jesús ha resucitado, El ahora puede perdonar nuestros pecados!

No hay comentarios:

Publicar un comentario