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LA HISTORIA DE LA NAVIDAD



Personajes:
Pastor, Pastorcita, María, José, Ángeles, Mesonera, Narradora

Narradora: en los campos cercanos de Belén, hace 2000 años, unos pastores estaban conversando
Pastorcita: Papá! Mira las estrella ¡qué muchas que son! ¡Cuéntame la historia de la promesa de Dios.
Pastor: Está bien mi hija. Hace mucho tiempo, Dios le dijo a Abraham que de su descendencia formaría un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo. Y que de ese pueblo vendría el salvador de todo el mundo.
Pastorcita: ¿De qué nos va a salvar?
Pastor: Algunos creen que de los problemas que tenemos acá en la tierra. Pero yo creo que es mucho más que eso. No sé bien, pero es mucho más que eso. Mejor vamos a ver cómo están las ovejas.

Narradora: Justo en ese tiempo, una joven de Nazaret llamada María recibe una visita inesperada
Ángel: ¡Saludos! ¡Oh, Favorecida de Dios! El Señor está contigo
(María se sorprende)
Ángel: María, no tengas miedo, porque tienes el favor de Dios. Te cuento que vas a quedar embarazada y vas a tener un hijo, y le vas a poner como nombre JESÚS. Este va a ser grande, y se le llamará Hijo del Dios Altísimo.
María: ¿Cómo puede ser esto?, Porque todavía soy soltera y nunca me he acostado con un hombre.
Ángel: El Espíritu Santo va a venir sobre vos y el poder de Dios te va a cubrir con su sombra. Es por eso que el Santo Ser que va a nacer se le llamará Hijo de Dios. Mira que también tu prima Elisabet, la que nunca pudo tener hijo, ahora que ya está vieja quedó embarazada, y ahora ya está de seis meses.
María: Yo soy la esclava del Señor; que se haga conmigo como dijiste.
Narradora: En ese momento el ángel se fue de allí. Y enseguida María se preparó para ir a la casa de su Prima Elizabet. Estuvo con ella 3 meses hasta que nació el Hijo de Elizabeth que le llamaron Juan, que más tarde se le llamaría Juan el Bautista. Después de esto María regresó a Nazaret, ya de tres meses de embarazo.
En Nazaret tiene una conversación muy seria con su futuro marido José

José: Pero cómo quieres que te crea lo que me dices. ¿Qué estás embarazada por obra del Espíritu Santo? Perdóname María, pero me resulta difícil creer eso. Yo te amo, y no quiero perjudicarte. Si te denuncio que me has engañado te va a ir muy mal. Mejor rompemos el compromiso en silencio y cada uno hace su propia vida.
María: ¡Pero José!
José: No insistas María. Mejor terminamos esta conversación, y yo hablo con tus padres después de que esté mejor. Realmente me has roto el corazón. Mejor nos vamos cada uno a nuestra casa.
(José se retira bruscamente)
María: Señor, si tú quisiste que tenga este niño, no vas a dejar que esto quede así. Yo sé que tú vas a hacer algo.
(María también se retira lentamente)

Narradora: José no sabía que pensar, no sabía que hacer. Él amaba a María, pero no podía creer lo que le había dicho. Esa noche, con mucha dificultad José pudo dormir. Pero esa noche tuvo un sueño muy extraño.
(José entra y se acuesta a dormir)
Ángel: José, José. No tengas miedo de casarte con María. Todo lo que ella te contó es verdad. El niño que María está esperando fue engendrado del Espíritu Santo es. Cuando ese niño nazca le vas a poner el nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Narradora: Todo esto sucedió para cumplirse lo que dijo Dios por medio del profeta: "Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emanuel" que significa: "Dios con nosotros". Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y no muchos días después se caso con María.
Seis meses después ....
Pastorcita: Papá, Papá, ¿Porqué hay tanta gente en Belén?
Pastor: Es que el Emperador Romano dio la orden de que todos deben ir a la ciudad de su nacimiento para empadronarse. Y la gente que ha venido a Belén nació allí, y han venido a empadronarse y así cumplir con esta Orden.
Pastorcita: Ah! Ya entiendo papá.
Narradora: Como José y María eran de Belén, ellos tuvieron que hacer un largo viaje desde Nazaret. Ahora estaban en Belén, buscando un lugar para dormir...
José: (dirigiéndose a la mesonera) Señora, por favor, denos un lugar para pasar la noche.
Mesonera: Discúlpenme, Mucha gente ha venido a Belén, y ya no hay lugar. No puedo hacer nada.
(María se queja de los dolores)
José: Mire a mi esposa. Está a punto de tener su bebé, y necesitamos un lugar. ¿No tiene un lugarcito por allí? No importa que no sea cómodo. En el pasillo, en el piso, en cualquier lugar.
Mesonera: Bueno, lo único que le puedo ofrecer es el establo. El pesebre donde duermen los animales. Si quieren, pueden pasar la noche allí.
José: (después de pensar unos segundos) MMM... está bien. Peor es nada. Donde queda el establo.
Mesonera: Allá en el fondo... Por favor, tenga cuidado. No asuste a los animales.
(María y José van lentamente al Pesebre)

Pastor: Mi hijita, estaba pensando en la promesa de Dios. Realmente necesitamos un salvador. El mundo cada vez está peor, la gente es mala, egoísta, piensa sólo en el dinero, y no tienen en cuenta a Dios. Si Dios no hace algo y no envía un salvador, el mundo está perdido.
Pastorcita: ¿Cómo Dios va a enviar el salvador?
Pastor: No sé mi hija. Eso quisiera saberlo.
Pastorcita: ¿y cuándo Dios enviará su salvador?
Pastor: Eso también no lo sabemos. Puede ser dentro de mucho tiempo, puede ser pronto, incluso, puede ser esta misma noche. Lo único que te puedo decir es que Dios va a cumplir su promesa.
Pastorcita: Mira papá, ¡Qué es eso!
(Unas luces que empiezan a brillar cada vez más fuerte, y un ángel aparece de repente, y los pastores se asustan)
Ángel: No tengan miedo, porque les traemos buenas noticias que les dará mucha alegría. Hoy ha nacido en Belén, el Salvador, Cristo el Señor. Van a encontrar al niño envuelto en pañales, y acostado en un pesebre.
Narradora: De pronto los pastores ven en el cielo una multitud de ángeles que alaban a Dios diciendo:
Coro: ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres! ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres!

Pastor: Vamos rápido a Belén, invitemos a los demás pastores, y vamos a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha contado
Narradora: Así pues, los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al niño acostado en el pesebre, tal como los Ángeles dijeron. 

Se finaliza con un Himno de Navidad y que queda el cuadro del pesebre.

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